miércoles, 21 de julio de 2010

Terapia con crema Maxident en la Estomatitis Subprótesis Grado II.

Dra. Alba Véliz Pérez. Estomatóloga Especialista de primer grado en Prótesis Estomatológica. Master en medicina tradicional y Natural.

Dr. Roberto Felipe Nicot Cos. Estomatólogo Especialista de Primer Grado en Estomatología General Integral. Master en Atención de Urgencias Estomatológicas. Master en Salud Bucal Comunitaria

Resumen

Se realizó un estudio experimental del tipo ensayo clínico terapéutico multicéntrico en 166 pacientes con estomatitis subprótesis grado II, que asistieron a los Servicios de Cirugía Maxilofacial y Prótesis del Hospital Militar “Dr. Joaquín Castillo Duany” y de la Clínica Provincial Docente de Estomatología de Santiago de Cuba, desde julio del 2007 hasta diciembre del 2009, para evaluar la eficacia del tratamiento con la crema Maxident en esta afección. La asignación de los pacientes se realizó de forma alterna, en 2 grupos: uno estudio, integrado por 82 pacientes, que fueron tratados con la crema Maxident, y otro control, con 84 pacientes, a quienes se les indicó terapéutica convencional. A ambos grupos se les orientó que dejaran de usar la prótesis y mantuvieran la higiene bucal y de la aparatología.

Luego de realizadas estas acciones y aplicadas las respectivas terapias, fueron evaluados al tercero, quinto y séptimo días de iniciados los tratamientos. La inflamación fue valorada de leve, moderada y severa, en un período de 7 días. Para la validación estadística se utilizaron el Chi-cuadrado de homogeneidad, para 95% de confiabilidad, y el porcentaje, como medida de resumen. La crema Maxident fue más eficaz que el tratamiento convencional, pues los pacientes se curaron en un tiempo promedio menor. Se recomendó divulgar el uso de esta pomada a otras unidades asistenciales del territorio santiaguero, así como realizar estudios sobre su efectividad en otras enfermedades inflamatorias agudas de la cavidad bucal.

Introducción

Las estructuras visibles de la cavidad bucal están recubiertas por una membrana mucosa, la cual mantiene la boca hidratada, colabora con la digestión y sirve como barrera mecánica y química a traumas y organismos infecciosos. 1

Macroscópicamente, las mucosas que cubren los rebordes alveolares y el paladar duro, presentan un color rosa pálido y una superficie típica de punteado en piel de naranja, mientras que las mucosas que rodean las mejillas, labios, piso de boca y velo del paladar presentan una coloración rosada más intensa y su superficie se caracteriza por ser lisa, húmeda y brillante.

De otra manera, microscópicamente, muestran un epitelio plano estratificado, con diferentes grados de queratinización. Al tener en cuenta su histofisiología, se clasifican en mucosa de revestimiento, masticatoria y especializada.

Múltiples factores locales y generales provocan alteraciones de la mucosa bucal: traumáticos, físicos, químicos, bacterianos, virósicos e inmunológicos. 2

La acción de cubrir la mucosa masticatoria con una prótesis constituye para el tejido una “agresión” mecánica, fisiológica. Los efectos de presión, tracción y empuje que en ella se producen, pueden causarle irritaciones. Cuando estos efectos son de mayor intensidad, suponen un estímulo patógeno que rompe ese equilibrio y conduce a una irritación tisular, unida a sus consiguientes reacciones inflamatorias. 3

Al respecto, las lesiones inflamatorias de la mucosa bucal asociadas al uso de las prótesis dentales, son trastornos que por su alta prevalencia resultan cada vez más preocupantes para las autoridades sanitarias encargadas de la salud bucal de la comunidad, pues además de los problemas propios de la enfermedad, en su terapéutica debe contemplarse el reemplazo de las dentaduras y, por consiguiente, la planificación y el empleo de recursos adicionales.

Dichas lesiones se pueden manifestar como: úlcera traumática, inflamación generalizada, hiperplasia inflamatoria, hiperplasia papilar del paladar, intolerancia o alergia a la base de la prótesis total (acrílico o metálica), estomatitis de contacto, hiperqueratosis friccional, épulis fisurado, hiperplasia fibrosa, neoplasia, pigmentaciones, entre otras.

La confección correcta de la prótesis proporciona soporte, retención y estabilidad, pues debe existir una estrecha interrelación entre las bases de las prótesis y los tejidos asociados, lo cual lleva al equilibrio fisiológico entre ambos. 4

De hecho, la mucosa masticatoria no se encuentra destinada para proporcionar “asiento” a una prótesis. Esto requiere de una adaptación fisiológica si no favorece la aparición de lesiones inflamatorias perjudiciales al paciente, entre las que se encuentra la estomatitis subprótesis, llamada antiguamente "enfermedad de caucho". Otros términos análogos se han utilizado para referirse a esta entidad clínica como son: estomatitis protésica o “inflamación subplaca”.

La estomatitis subprótesis (ES) se define como una alteración de tipo inflamatoria, que puede degenerar en una lesión hiperplásica si no se trata oportunamente. Se presenta en la mucosa de soporte de pacientes desdentados total o parcialmente que usen prótesis removibles (mucosoportadas o dento-mucosoportadas), las cuales se encuentran casi siempre en mal estado. 5

Algunos autores 6, 7 señalan que la prevalencia de esta afección en el mundo oscila con un alto porcentaje en pacientes rehabilitados, tales son los casos de Dinamarca, donde se ha descrito entre 40 y 60%; Chile, 53%; Japón, 56%; Finlandia, 52% y Alemania, 70%.

Estudios estadísticos realizados en Cuba revelaron que en una muestra de 6 302 personas que usaban prótesis dental, la prevalencia de estomatitis fue de 46,84%. 11 Otras investigaciones muestran una primacía de 45 a 60% en personas entre 50 a 65 años de edad. La ES exhibe un predominio en el género femenino, con una relación de 4:1, y se ubica con más frecuencia en el maxilar superior. 8

Desde el punto de vista clínico, la estomatitis subprótesis, en relación con el aspecto de la mucosa inflamada, manifiesta modificaciones donde puede variar la gravedad inflamatoria e incorporarse cambios fibroproliferativos en sus fases más avanzadas.

Entre las diferentes propuestas clasificatorias de la enfermedad, la de Newton ha sido una de las más empleadas. Dicha clasificación agrupa a la estomatitis subprótesis en 3 grados que expresan las diferentes etapas por las que pueden transitar los pacientes, en caso de no ser interceptado precozmente su padecimiento: 9

Grado I: Signos inflamatorios mínimos, generales asintomáticos. Pueden aparecer áreas hiperémicas localizadas o en forma de pequeños puntos eritematosos. Es la lesión mínima visible a la inspección.

Grado II: Lesión francamente inflamatoria. Puede observarse el dibujo de los contornos de la prótesis, la superficie mucosa es de color rojo brillante, aparecen áreas eritematosos difusas que pueden cubrirse total o parcialmente por un exudado blanco grisáceo, generalmente el paciente expresa alguna sensación subjetiva.

Grado III: Lesión constituida por una mucosa gruesa, con gránulos irregulares que, a veces, toman aspecto papilar con las alteraciones máximas en la parte central de la mucosa palatina. La magnitud de los signos inflamatorios es variable y generalmente en estos predominan los fenómenos proliferativos.

La etiopatogenia de la estomatitis subprótesis es de origen multifactorial, y entre estos factores se encuentran: el trauma producido por la dentadura, la infección candidiásica, los inadecuados hábitos higiénicos, el uso continuado de la prótesis, las reacciones alérgicas a los distintos componentes de la prótesis, los elementos de índole dietético, las alteraciones sistémicas y el tabaquismo. Las prótesis se encuentran en deficiente estado funcional debido a: falta de soporte, de retención, fallas oclusales y de dimensión vertical; es decir, constituye un trauma protético ocasionado por el desajuste del aparato, sumado a los malos hábitos de su utilización. 10 





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